Abstracto
La displasia de cadera, una deformidad congénita y del desarrollo caracterizada por una mala orientación y una reducción del área de contacto entre el fémur y el acetábulo, es la causa más común de osteoartritis de cadera. Según las estimaciones actuales, la displasia representa casi el 76% de todos los casos de osteoartritis, y muchos de los afectados requieren un reemplazo total de cadera antes de los 50 años. Se teoriza que en la pelvis mal orientada y deformada, una reducción en el área de contacto conduce a un aumento en la presión de contacto durante las actividades normales. Actualmente, los médicos intentan cambiar la posición de la articulación, asumiendo que mejorar la posición de la superficie de contacto existente conducirá a una disminución de las presiones. También se supone que la mejora de ciertos parámetros geométricos se correlaciona indirectamente con la disminución de las presiones de contacto. Nunca se ha demostrado que estas estimaciones simples ni otros modelos no invasivos estén relacionados con la presión de contacto. El propósito de este estudio fue evaluar un método computarizado para predecir las presiones de contacto de la articulación de la cadera, que aplica fuerzas de reacción conocidas de la articulación de la cadera a la superficie tridimensional de la articulación de la cadera. Con este fin, se desarrollaron modelos pélvicos cadavéricos y plásticos para probar si el modelo informático podía predecir la magnitud y la ubicación de la presión máxima. Las pruebas mecánicas revelaron que el modelo informático podría utilizarse para predecir la presión en las pelvis cadavéricas en los lugares prescritos (r2 = 0,64). El modelo computarizado también podría usarse para predecir la magnitud y ubicación de la presión máxima en una serie de modelos plásticos donde el vector de carga y el grado de displasia variaron paramétricamente (r2 = 0,7). Estos hallazgos sugieren que el modelo informático puede ser útil para identificar a los pacientes en los que fallará la osteotomía o si se pueden utilizar para seleccionar la mejor osteotomía para cada paciente.
Med Eng Phys 1997 Mar;19(2):180-6. 10.1016/s1350-4533(96)00051-3
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